El cantante Pablo Alborán, el artista que más discos ha vendido en España en la última década y también el que más gente llevó a sus conciertos en su anterior gira, ultima un nuevo tour que este jueves ha presentado a los medios justo cuando la reventa se ha colado en las agendas políticas.
«Se han buscado mil maneras de controlarlo y no soy yo quien tiene la solución, pero lo que no quiero es que no se engañe a mi público. Las entradas tiene un valor exacto que hemos medido entre todos para que tenga sentido», ha dicho el artista a este respecto.
Titulado igual que su cuarto álbum de estudio, Prometo, su nuevo tour echará a andar el próximo 1 marzo en Ciudad de México con unas previsiones gigantescas: 250.000 entradas vendidas en América y otras 350.000 en España, según su discográfica.
Este jueves en Madrid ha querido «enseñar la patita» de las dos horas de concierto que ha planteado, con «veintitantas» canciones de todos sus álbumes bajo un «sonido homogéneo» que le permita unificar sus raíces andaluzas (y francesas, por parte de madre) y las nuevas texturas más modernas que ha conquistado en su último disco.
«Será un recorrido coherente, con medleys, adaptaciones de canciones y desnudos musicales, donde nos hemos ido a lo esencial para redescubrir algunos temas», ha anticipado, muy cuidadoso de revelar más detalles de la cuenta.
Sí ha contado que Prometo es la canción que le «da alas» actualmente sobre el escenario y no ha descartado flirtear en el futuro con el género urbano. «No quiero pensar que el reguetón sea un insulto, porque hay algunas canciones maravillosas. Es música y estoy abierto a todo lo que sea aprender, mostrar algo más que no cabe en una balada o en un tres por cuatro, siempre que no contenga vocabulario obsceno y haya respeto a la mujer», ha afirmado, palabras que han despertado aplausos espontáneos entre la prensa.
Sobre posibles invitados de su gira, ha dejado ver sus ganas de colaborar con Natalia Lafourcade, Alejandro Fernández o Paquita la del Barrio en México, así como de reencontrarse con Alejandro Sanz en algún escenario para trazar juntos Boca de hule.
Igualmente ha dicho que le gustaría coincidir con su «amiga» Rosalía, a pesar de que la cantaora barcelonesa filtrase involuntariamente días atrás su teléfono a través de las redes sociales. «Fue muy divertido. Te ríes y ya está, se cambia de número de móvil y a los 5 minutos la vida vuelve a ser normal», ha declarado el músico, que recientemente se alió con las nuevas tecnologías para ofrecer un concierto en 360 grados grabado en octubre en el Castillo de Gibralfaro (Málaga) en colaboración con Samsung.
La vuelta de Alborán a los escenarios se produce después de que en 2015 se convirtiera en el músico de mayor éxito en vivo en España, con medio millón de asistentes en 50 conciertos. A finales de eso año, sin embargo, anunció que se tomaba un necesario descanso de la música.
«No fue un bache. Fue algo que tenía que pasar, porque necesitaba descansar, volver a casa y recuperar la ilusión de escribir», ha comentado, sin descartar que su nueva gira se extienda más allá de 2018: «Si cuando acabe la gente quiere más, habrá más».
Ante el nuevo tour, que comprende 30 fechas en España y 23 en Latinoamérica, sin contar las que realizará en otoño en EE UU, dice haberse preparado «más física que psicológicamente», con mucho deporte y buena comida para estar a la altura del repertorio… y también para bailar. «Ya bailaba en la gira anterior y alguna cosita habrá también en esta. Hay temas que dan juego para ello, para darse cuenta de que no somos nada y de que hay que vivir la vida. Así que si hay que bailar, se baila», ha señalado.
Con gran parte de los conciertos agotados, en España recalará el 18 de mayo para ofrecer dos shows consecutivos en Málaga. Además, ofrecerá cuatro actuaciones en Madrid (29 y 30 de junio, una parada extra en el Teatro Real el 31 de julio y de nuevo el 8 de diciembre) y tres más en Barcelona (8 y 9 de junio y 21 de diciembre, como broche de la gira).