El 15 de junio de 2019 quedará marcado en el calendario y en la retina de miles de persona como »la perfección hecha concierto». Alejandro Sanz llegó, llenó, cantó y enamoró el estadio del Metropolitano y lo hizo con elegancia que le caracteriza y grandes sorpresas.
Con su estilo personal: americana oscura, pantalones negros con rayas blancas y unas deportivas, Alejandro pisó con paso firme el escenario dispuesto a regalar y regalarse a sí mismo una gran noche.
A las 22:22 horas, el estadio del Atlético de Madrid se fue a negro. Segundos de euforia y nervios para ir recibiendo una a una a todas las personas que componen la banda del maestro. Las pantallas empezaban a vibrar presentándose uno a uno a ritmo de guitarras, batería, piano, percusión. Y así, hasta llegar al punto de origen de todos: Alejandro Sanz.
Se iluminó el escenario, y allí estaba él pantado ante un estadio lleno, sereno, sonriente, feliz. Dio un paso adelante y arrancó el show con con su canción: «Hoy que no estás».
Pronto iban a llegar las sorpresas. La primera que desató la locura en el público fue el arranque de «No tengo nada» porque de la nada, apareció otro grande de nuestro país: Pablo Alborán . Dos de las mejores voces de España, juntas, en un mismo escenario.
Tras ese momento las emociones no frenaron. Alejandro, se arrancó con la versión más flamenca de «El alma al aire», raza y pasión en el escenario arropado por el arte y todo el poderío de Sara Baras, una actuación sublime para una noche épica.
Era #LaGira de Alejandro Sanz, por lo que »nada es previsible». Si las emociones estaban a flor de piel, se sumó a escena Dani Martín, juntos interpretaron con gran complicidad «Lo que fui es lo que soy». En ese mismo instante, miles de personas alzaban al cielo un folio en el que ponía: «Te queremos», Alejandro se emocionó y sólo pudo contestar: «Que me perdonen los seres humanos, porque hoy las mejores personas del mundo están aquí», dijo emocionado y recordó junto a Martín el »gesto de la emoción» que viralizó en su concierto en Barcelona.
Otro momento mágico llegó con «El trato». De repente, todo el estadio empezó a iluminarse con globos tal y como habían prometido días antes en redes sociales. Al igual que la canción dedicada a su hijo Alexander, que se encontraba en el estadio: «Va por tí, cariño.»
Pero si pensaban que las sorpresas habían terminado, nada más lejos de la realidad. El momento cúspide de la noche llegó con los acordes de «Mi persona favorita». El maestro Sanz dijo: «Por favor, quiero que le deis mucho cariño a la siguiente persona, le pedí que viniera, y ha hecho un viaje de miles y miles de kilómetros para estar esta noche aquí, ella es el futuro de la música, fuerte aplauso para Camila Cabello». Los asistentes al concierto no daban crédito a lo que estaban viviendo. Camila llegó con el aura especial que solo ella tiene con un un vestido de flecos y unas botas mosqueteras negras. Juntos erizaron la piel y protagonizaron una actuación perfecta, llena de química y cariño.
Una noche inolvidable que llegaba a su fin. Alejandro, que no quería terminar una de las noches más especiales de su carrera, miró al frente y a modo de suspiro dijo «Y ¿si fuera ella?». Momento nostálgico, que dio paso a la última invitada de la noche, con «Amiga mía» subió al escenario Paty Cantú.
En definitiva, una noche perfecta tal y como él mismo ha dicho en sus redes sociales. Dos horas y media de concierto que cerró con el «Corazón partío». Sin más, Don Alejandro Sanz, el jefe que ha conquistado y reconquistado una noche más Madrid.