El Festival Internacional de Benicàssim cerró el domingo con el éxtasis de Kasabian su vigésimo tercera edición, que será recordada como la que consolidó la recuperación del público a golpe de reclamo comercial de estrellas internacionales.
Una última jornada con un cartel dispar, y algo difícil de digerir cuando casi a la misma hora ha sonado la acidez punk-rock de Slaves y el reggaeton con dancehall y twerking incluido de Bad Gyal.
El principal reclamo del domingo ha sido la banda británica de Tom Meighan y Sergio Pizzorno, la cual, como ya hizo en la edición de 2014, no ha defraudado al público y ha demostrado que sigue en buena forma.
El concierto ha arrancado con III Ray (The King), Bumbledee, Eez-Eh -con un final versionando Around The World de Daft Punk, ha continuado con otros como You’re mi Love with a Psycho o Stevie y muchos otros éxitos de la banda de rock británica.
Por otra parte, como todos los domingos de FIB, la organización ha hecho balance de cifras, que constatan que la fórmula de un festival poliédrico, con una cara cada año más comercial, funciona y atrae miles de asistentes.
Se han recuperado los números de 1995, y este año, entre los cuatro días de festival, se han contabilizado 177.000 asistentes, 7.000 más que en la edición pasada, lo que consolida la recuperación iniciada después de que Melvin Benn tomara la dirección del evento en 2013, año en el que incluso se dudó de que se pudiera celebrar el mismo.
También se ha constatado esta noche otra dualidad, la de la diferencia de gustos entre los extranjeros (principalmente venidos de Reino Unido y el 55% del total según ha explicado Melvin Benn) y los españoles (con un 45% del total).
El festival, sin embargo, sí ha ido poco a poco recuperando el público español -un objetivo que se marcó hace años la dirección-, gracias al cual ha podido alcanzar los 53.000 asistentes en la jornada del sábado con Red Hot Chili Peppers.
Benicàssim y las localidades de alrededor tienen unos recursos hoteleros limitados y las plazas de acampada que ofrece el festival son 20.000, por lo que no «cabe» más gente venida de fuera y sí más público de proximidad.
La dualidad de público extranjero-nacional ha quedado patente de nuevo el domingo. Mientras todos los anglosajones acudían al escenario principal Las Palmas a ver a Years & Years -banda de pop electrónico muy popular en Reino Unido-, la mayoría de españoles se acercaban al recopilatorio de hits de factura nacional de los barceloneses Love of Lesbian.
También el público británico se ha concentrado en el escenario VISA con los escoceses The View con un resuelto rock’n’roll con el que han puesto a bailar a un gran número de asistentes a las 20.35 horas.
Pese a que el cansancio se ha notado mucho a primera hora, la gente ha ido llegando poco a poco, y a Las Odio ya las estaban esperando antes de salir al escenario Radio 3 FIB Club. Las jovencísimas madrileñas con unas letras irónicas, directas y feministas aderezadas con su sonido post-punk y garage han sido una de las mejores de la noche.
También Slaves merecen mención especial tras llenar hasta la bandera el escenario secundario VISA, que con su habitual intensidad han descargado su artillería punk rock a cargo solo de sus dos miembros, Laurie Vincent y Isaac Holman.
Antes de que suene el vals que tradicionalmente pone fin a cada FIB, todavía quedará tiempo para Pional, Tiga, Crystal Fighters y Aldo Linares entre muchos otros.
El FIB 2018 se celebrará del 19 al 22 de julio y pretende superar -o al menos mantener- las cifras de este año.